lunes, 4 de junio de 2012

Nabilah al-Zubair

Fadwa Tuqan

Meisún Saker Al-Kasimi

NATHALIE HANDAL


LAS HORAS COLGANTES

Cuando yo me vaya, las ventanas estarán cerradas
el aire en la habitación se hará húmedo, la ciudad ruidosa,
el teléfono no dejará de sonar, la electricidad
será intermitente, el café hervirá
y todo habrá de continuar
Cuando me vaya el cielo se vestirá de azul claro
antes de vestirse de negro, la gente que conozco
sentirá lágrimas fluir de sus ojos a sus manos
antes de secarlas y continuar
La cama que habré de abandonar quedará tibia
el otro cuerpo no sabrá de mi ausencia
hasta el día siguiente, cuando las horas cuelguen
y él se encuentre a sí mismo
en una suave estación, en un lugar salvaje
donde múltiples alientos se congregan en la recámara.


MÚSICAROTA

Tal vez cuando estés listo para la música
todos los instrumentos estarán rotos
Tal vez cuando estés listo para la libertad
tu corazón ya no podrá latir
Tal vez cuando te brote la locura
hallarás lo que debes ver
Tal vez si me muestras
cómo implora el deseo
tocas una canción en mi menor
el lento río de alas
se revelará ante nosotros.
Pero tuvimos que llegar a esto:
Un violín roto
el corazón, irresuelto
una discusión con Jesús o Mahoma
-el exilio tiene sus tácticas.
Ahora tu aliento, una canción desafinada
cojeando alrededor
del despertar de tu boca.


HORAS AZULES
En la hora azul,
llora la negrita, yo me escondo
no para engañar la oscuridad
o a mí misma…
La negrita no está lejos
de donde estoy
sus cejas
su única mano…
Ahora también soy visible, detrás del árbol
tras la noche, tras el llanto
y lo único que quiero saber
es su nombre
y preguntarle:
¿alguna vez has escuchado
tu corazón desvestirse,
has visto un perro perdido a medianoche,
dándote cuenta de que él entiende esta hora
mejor de lo que entendemos cualquier hora?
¿te has visto a ti misma en cada mujer
con tus ojos o en mujeres con ojos
más difíciles que los tuyos?
¿has realmente escuchado tu voz,
haciendo eco en tus pezones?
Ella me ofrece té,
pero terminamos bebiendo café,
intentando sin miedo alcanzar el fondo
de la taza….
ahora, mis dientes están manchados, mi inglés
me falla, mi árabe se disipa
mi español comienza a tener sentido …
ahora estamos en una finca
tal vez estemos seguras,
tal vez no deseemos nada más,
pero no puedo dejar de arrodillarme en oración
cinco veces al día,
mi país viene a mí, me dice:
Compatriota— Siempre te encontraré
sin importar el idioma que hables.






EN BUSCA DE LA MEDIANOCHE

Él besó mis labios a la medianoche
Yo lo permití
Él me quitó la blusa
Yo lo permití
Él me quitó el brassier
y tocó mi seno
Yo lo permití
Él me quitó los pantalones
Yo lo permití
Me quitó mis prendas íntimas
y me miró, de pie
en este cuarto extraño, oscuro
blanco y negro.
… Yo lo permití
Una pequeña luz se desvaneció
en la ventana
vi brevemente
la ciudad donde vivimos,
pero no conocemos…
Luego él se equivoca
al pronunciar mi nombre
y yo lo detengo…
Le pregunto si alguna vez
ha sido exiliado o encarcelado
si alguna vez ha enviado
cartas a una mujer antes
amada pero que jamás
habrá de ver otra vez
si piensa que se puede regresar
a un amante aún si
el amor ya no fuera posible
una segunda vez,
le pregunto si acaso
había asaltado una pequeña tienda de víveres
o robado el pan de un campesino,
o si acaso había cruzado
los mares, costas y montañas
aún incapaz
de llegar…
Él responde:
En mi país, no pronuncié
mi nombre correctamente
y entonces fui torturado,
en la línea del enemigo, no pronuncié
mi nombre correctamente
y fui exiliado
al llegar, no pronuncié
mi nombre correctamente
y me dieron nuevos documentos…
Ya ves. Un corazón que busca la medianoche
es solo un corazón, todo lo demás es igual,
excepto lo que espera el otro …




EL SUEÑO DE MILOS JOVANOVIC


Flota la noche, el mundo se atraganta,
un sorbo de traición atravesado en la garganta …
Camino en el sueño de Milos Jovanovic
descalza
con chanzas risibles bajos mis pies, lágrimas en los bolsillos de mi falda …

Camino en una llana batalla de medianoche, hacia una copa de árbol que cae
una llovizna y su bastón , un recuerdo
un recuerdo atrapado en jazmín y susurros permanentes…
Camino en días de murmurante extrañeza
por columnas de espacio murmurante—
ecos y fantasmas pertenecen al mismo mundo…
Un mundo que se rinde
rindiéndose
ya que las noches flotan
y seguimos recordando…




CORRIENDO


Digamos que
tomaste sal marina
y la colocaste en mis labios
Digamos que
hacia el mediodía me dijiste que tu
célebre letra no fue escrita por ti
Digamos que
tu corazón sangra en mis manos
y pronuncias el nombre de otra
mientras estás adentro
Digamos que me muestras tus ojos peligrosos
tu sonrisa dura
Digamos que me traes el aroma de la lujuria
y dejas que el sol descienda entre tus piernas
sería eso suficiente
o no es más extraño el amor.






LAS VIDAS DE LA LLUVIA


El viejo chino
en la tienda de alimentos naturales
en la 98 con Broadway me dice
que la lluvia tiene muchas vidas.
Me pregunto si le dice a todo el mundo
lo mismo o si esto es algo
sólo entre los dos, me pregunto si ha luchado en alguna guerra,
matado a alguien, me pregunto si se ha enamorado,
si ha perdido una casa, su acento, perdido una esposa o
un hijo en la lluvia, me pregunto si llama a la
lluvia mientras revuelve su sopa del día,
me pregunto qué oculta su tela de seda—
arroz, pinturas, tal vez recuerdos de lluvia.
La lluvia, me dice, lleva rumores de los muertos,
de aquéllos con valijas y epidemias.
La lluvia lleva el recuerdo de sequías,
de casas que ya no están, la lluvia como los amantes
va y viene, como los soldados se van
y a veces retornan a una vida
ya no de pie.
El chino espera que yo pregunte—
quién sabe realmente por cuántas vidas más.





ESCUCHA, ESTA NOCHE


a las hojas murmurando
en los campos amarillos
a las dolencias de un campesino
el dolor de un niño abandonado
mira a Tiberia disfrazada en sombras
en las minúsculas pisadas de las estrellas
siente el toque hambriento de un mendigo
y responde por qué fingimos -
cuando medimos la tierra
y no había espacio para los dos




ESTA NOCHE


el agua alcanzará
el borde del vaso mas no
se permitirá rebosarlo
la violencia explotará y los horrores
se atarán a
cada árbol desnudo
esta noche oiremos discursos
ordenándonos abrir nuestras piernas
a escandalizar como meretrices
esta noche veremos
cinturas tatuadas y kalashnikovs
en los maleteros de los autos
recuerdos paralizados y
revoluciones tras
la puerta de cada casa
veremos paisajes rojos,
piedras de luz, plumas ligeras meciéndose
en el paisaje nocturno
y las arrugas se multiplicarán
en nuestros rostros esta noche mientras cada
muerto se alza de su tumba
esta noche los exiliados, inmigrantes, refugiados
serán atrapados en pájaros cantores,
el asfalto cuarteado recitará viejos versos
esta noche escucharemos las grietas de historias
los gritos de los estrangulados
por la noche en la noche
escucharemos el anhelo
de tardes púrpura
bajo el manto de dios
esta noche el amor será difícil.






UNE SEULE NUIT A MARRAKECH



El aire ha perdido el aroma de jazmín.
Un té ensombrecido llena el cielo.
Esta noche en Marrakech, sólo mariposas blancas
dejan manchas en las sombras.
Miro una joven cepillarse el cabello,
trenzar el día de su boda y observar viejos congregándose
en los limoneros, escuchando canciones andaluzas
repitiendo, Hel’lou, qu’elle belle musique.
Caballeros apuestos beben café
en pequeñas tazas, un aroma dibujando el mapa
de su patria, piedras y cerámica
azul oscura, azul claro, turquesa…
Es primavera pero regreso a mi habitación de hotel,
enciendo mi linterna, como pastel de miel, kab el ghzal,
bebo té de menta, después arak,
miro las luces atenuarse contra mis pies descalzos,
comienzo a contar y pierdo la cuenta
de la forma salvaje de la oscuridad,
las marionetas y juegos de guerra,
lozas ocultando las sombras
de aquéllos que ya no quiero ver,
y los abayas amontonándose al lado de mi cama.





MEDIANOCHE A LA LUZ DE LA LUNA



El camino tiene siete círculos de sol dibujados en su pecho.
Eso es lo que ocurre cuando perdemos el enfoque.
Nos hallamos en un lugar que odiaremos recordar.
Se trata sólo de ausencia.
Esa celda de acero que llevamos adentro.
Tal vez tenga que ver con la noche engullendo
Lo que dejamos del deseo sobre pañuelos negros.
Mientras nuestras mentes conducen los escombros de perros muertos
pasamos las ventanas del infierno:
mujeres con una sola pierna desnudas bajo luces rojas,
una habitación moldeada con muertas flores de amargón,
un ángel con el corazón a su lado,
una doncella con el cabello cortado.
En una medianoche abandonada por la luna,
nos decimos que no estamos destinados saberlo todo,
sólo a creer que no sabemos.










MURO CONTRA NUESTRO ALIENTO




Cada día una hora más cruel -
la esgrima de corazones apenas palpitando,
el pálpito de hojas en nuestros jardines secos
el calor en Gaza en Jericó
manteniendo sueños que jamás tuvimos tiempo de recordar
una anciana intentando revivir
cualquier fantasía posible, otra
pensando en su esposo
perdido en lo inimaginable
hombres sobre alambres de púas que dejan
de responder cuando gritamos sus nombres
demasiado atareados- intentando cruzar el punto de inspección,
los soldados el día la noche
mientras otros beben té, hablan de toques de queda
las mujeres, los niños que enterraron
mientras una madre pregunta
qué le dirá al niño que lleva adentro
que ella desearía que no viniera
Somos testigos del octubre en llamas,
y cada mes siguiente,
es igual, las calles
por las que caminamos nos recuerdan
quiénes somos y lo que ellos
jamás harán de nosotros…
retratos humanos en esquinas
que olvidamos mirar u olvidamos alcanzar …
fotografías pegadas en muros como si
pertenecieran a ninguna parte
un novio y una novia forzados a casarse
en cualquier lugar menos donde era debido,
y aún así, seguimos preguntando:
cuál victoria apaga las velas
cuál mar habla de otro mar
Aún si levantan el muro
más allá de nuestro alcance
sólo conocemos un hogar
aún si cada vez tomamos rutas distintas
los árboles nos guían el viento nos guía
el sol y la luna nos guían
y cuando llegamos hallamos los libros
que no podemos dejar de leer, los bordados
hechos por los refugiados, la cocina
donde vivimos nuestras vidas—
una propuesta de matrimonio una muerte un nacimiento—
y cada día mientras colamos nuestro café
nos saludamos adecuadamente
y expulsamos el muro de nuestro aliento






EL GUERRERO


Era miércoles, lo recuerdo. Tal vez era jueves. Yo había llegado temprano, suficientemente temprano para beber un buen vino sola con un hombre que pensaba todos debíamos temer y por un segundo lo olvidé. Luego ellos llegaron. Nada en mí había cambiado, incluso después del vino, incluso después de que vi una cabra y un cadáver abiertos de un tajo, uno al lado del otro. Algunos dicen que este lugar está maldito, cada gota de agua hunde la tierra. Cuán extrañas las cosas que pensamos en momentos como éste— ¿Era yo una extraña para el amante que vio mis curvas y cicatrices, los besó y luego durmió como un desertor? Cuán extraño lo que se nos ocurre en las sombras oníricas de Dios—los niños que un día viste en Nablus o Ramallah, que te dijeron la hora en que los dátiles crecerán en Palestina. Luego ellos llegaron. Anunciaron—ella murió ayer, pero había oído que murió hace un año, luego esa noche supe que morirá mañana. Y luego lo escuché decir, Cállate, sólo hay una manera de librar una guerra. Conviértete en el otro. Cruzo mis piernas y deshago su rostro intentando hallar una forma de recordar este momento de manera diferente.

Traducciones de Beverly Pérez Rego


Nathalie Handal De sangre palestina y libanesa, nació en Haití en 1969. Es una galardonada poeta, escritora de obras de teatro y de narrativa, quien ha vivido en Europa, Estados Unidos, el Caribe, Latinoamérica y el mundo Árabe. Es autora de los libros The Neverfield y Las Vidas de la Lluvia, así como, dos CDs de poesía, Habitaciones Viajeras (finalista del Premio Agnes Lynch y ganador del Premio Menada) y Hechizo. Es editora de La Poesía de Mujeres Árabes: Una Antología Contemporánea (Best Seller de la Academia de Poetas Americanos y ganador del Premio Pen Oakland/Josephine Miles) y es coeditora de Lenguaje Para Un Nuevo Siglo: Poesía Contemporánea del Medio Oriente, Asia y Más Allá (Norton, 2008). Su trabajo ha sido traducido en más de quince idiomas y ha sido destacado en NPR, PBS Radio, The New York Times, The San Francisco Chronicle, Reuters, Mail & Guardian, The Jordan Times, e Il Piccolo. A su poesía se le han compuesto arreglos musicales y ha sido presentada en lugares como el Lincoln Center, y en numerosas galerías y exhibiciones itinerantes, más recientemente en la Galería Glass Curtain de Chicago. Handal ha estado involucrada como escritora, directora y/o productora en más de veinte producciones de teatro y cine.

miércoles, 30 de mayo de 2012

JANATA BENNUNA






Nacida en Fez, 1940 en el seno de una familia nacionalista, a los cuatro años comenzó sus estudios en la escuela Ben Kiran perteneciente al Istiqlal; desde la infancia mantuvo un vínculo casi filial, con el fundador de dicho partido, Allal al-Fasi, quien le prologó su segunda obra en 1968. Tras conseguir el certificado de estudios primarios, ingresa en la sección femenina de al-Qarawiyyin, donde adquiere el dominio de la lengua árabe. En 1956 ingresa en la Escuela de Magisterio de Fez y en 1961 en la Escuela Superior Iraquí de Casablanca (una rama de la Facultad de Letras de Bagdad), donde obtiene la licenciatura en Historia y Geografía, en 1964. Desde esa fecha hasta 1969 reside en Fez, donde en 1965 funda la primera revista femenina de Marruecos, Shuruq. Sobre los dieciséis años, realiza su primera visita a Oriente con su familia. Tras la peregrinación a La Meca, visitan Cisjordania. Pudo contemplar con sus propios ojos la amarga realidad del pueblo palestino, este hecho le marcará para siempre. En 1967, formando parte de una delegación de la Unión de Escritores Marroquíes (a la que pertenece desde 1966), realiza su segunda visita a Palestina, momento crucial para la región y para el resto del mundo árabe, también lo será para Janata Bennuna, puesto que a partir de entonces comienza su andadura literaria, marcada por la imperiosa necesidad de narrar todo aquello que había presenciado.
Durante varios años, se sumerge en una profunda crisis anímica y no publica ninguna obra. En 1969 se hace cargo de la dirección del Instituto de Segunda Enseñanza femenino Wallada de Casablanca y en 1972 contrae matrimonio con el también escritor marroquí Ahmad al-Madini (Berrechid, 1948), esta experiencia fracasa en 1974. En 1982, cuando el  Líbano fue invadido y su capital, Beirut, fue cercada por los israelíes, se produce una nueva interrupción en su actividad literaria a causa de otra crisis . Por fin, en 1987, retoma la escritura y nacen varias colecciones de cuentos, las últimas fueron publicadas en 1991.

OBRAS:

  • ¡Abajo el silencio! (1967).
  • El fuego y la elección (1968).
  • La imagen y la voz (1975).
  • La tempestad (1979).
  • El mañana y la cólera( 1981).
  • El silencio elocuente (1987).
  • El espejo acusador. Retrato de una mujer marroquí (1991).
  • Escenas marroquíes. Visión social de los sesenta a través de dos narradoras: Janata Bennuna y Rafiqat al-Tabia (1991). 







"¡Lluvia!, ¿Dónde estás? ¿Es posible que esta estremecida llamada pueda hacer desaparecer una injusticia..., ésta que se encuentra aquí: en la jarra, en la estera y sobre los desconchones de los muros...?
Pidió mi hija:
-Dame pan
Levanté los ojos, mis ojos, hacia las nubes prometedoras; a continuación bajaron hacia el pañuelo sucio y descuidado que yacía en el mohoso rincón y respondí:
-Tu padre volverá con la harina.
-Pero él se ha retrasado
-Tal vez, a cambio, traiga pan.
“En el último acuerdo recibimos un millón cuatrocientos mil quintales de harina...y...”-prosiguió el locutor..
-Quiero comer-insistió la niña
Yo me decía a mi misma:-¡Un millón cuatrocientos mil quintales de harina!. Es una cantidad enorme..., suficiente para esta calleja que tiene hambre. Pero ¿con qué pagaremos?”.
Y continué preguntándome:-“Aquellos que los han recibido ¿Cuánto habrán pagado a cambio,honor, patrio o principios?."


Fragmento del cuento ¡Lluvia¡ ¿Dónde estás?, de Janata Bennuna




La narrativa de Janata Bennuna se desarrolla en torno a dos polos básicos: el rechazo y la identidad que a menudo se presentan al unísono, tanto en relatos de contenido patriótico y nacional, como aquellos que lo tienen social y personal. Uno de los ejes de su escritura, lo constituye la mujer burguesa intelectual marroquí en el seno de una sociedad en la que impera el varón. La sociedad y la familia cooperan para conseguir su sometimiento utilizando una serie de clichés históricos que tienden a reprimir su propia identidad y justifican su supeditación mediante razones de orden político, social y tradicional que partiendo de la divergencia sexual, determinan las funciones correspondientes a cada sexo. Subyacen en la narrativa de Bennuna cuestiones cruciales que atañen a la mujer árabe, en el ámbito de su personalidad, su identidad y su sexualidad constantemente reducidas, empobrecidas y negadas hasta en el marco del matrimonio, al pender sobre ella la amenaza de la repudiación o de que el marido tome una nueva esposa. Con el objetivo de desactivar cualquier peligro, la mujer está pronta a todo tipo de concesiones.

NAWAL EL-SAADAWI






“En la cárcel escribí “Memoria de la cárcel de mujeres”
en papel de váter y con el lápiz de cejas de una amable prostituta compañera de celda”


Es una prolífica y activísima escritora, ensayista, médica, feminista y orgullosa opositora del gobierno egipcio. Su lucha le ha costado la cárcel, amenazas, la prohibición de sus libros y el exilio. Su producción es tanta y tal que seria imposible resumirla aquí. Los invitamos a visitar su sitio web, http://www.nawalsaadawi.net/, que contiene una lista completa de sus obras. Su obra más famosa en Italia es "Woman at point zero". Es la verdadera historia de una mujer egipcia condenada a muerte que Nawal recogió en la cárcel antes de la ejecución. Es el retrato honesto y despiadado de una mujer empujada a la prostitución y luego al asesinato para defender su derecho a la vida y a la libertad en un mundo dominado por las reglas sociales y religiosas .


Nawal un mito en la lucha de la mujer árabe por sus derechos. Estudió medicina y psiquiatría en su país y narra su increíble vida en “Prueba de fuego” de Ediciones del Bronce. Se ha convertido en un símbolo de la lucha contra el patriarcado, el sistema establecido y el capitalismo en un mundo cerrado como es el universo musulmán. Es una mujer que derrocha vida y rebeldía por donde va: y es que parafraseando a Alberoni, si enamorarse es pura rebeldía, cada rebelión es un acto de amor. En este caso, de amor por la libertad y los derechos de la mujer.

La verdad es que su energía es contagiosa. En la entrevista de La Contra “Hay que tener valor para cuestionarlo todo”, nos cuenta que la han metido en la cárcel dos presidentes de su país por opinar diferente, que se divorció de uno de sus maridos porque le dio a elegir entre sus libros y él…

Un espíritu libre.



1. 


Jamás en su vida se había enfadado con su padre, ni con su hermano, ni con su marido. Cuando éste le pegaba pareciendo querer matarla y decidía ella irse a casa de su padre, él la devolvía a su marido, y si se escapaba de nuevo, era entonces su padre quien le pegaba, haciéndola regresar otra vez con el marido, quien, si no la echaba de casa, le pegaba. Y cuando recurría a su madre, ésta le decía: Vuelve , Zineb, que al final de esta vida gozarás del paraíso.


Extracto de En el Paraíso no hay sitio para ella, de Nawal El-Saadawi



2. 


Todo en nuestro país esta en manos del estado...
por leyes conocidas u ocultas, por la tradición
o por el miedo establecido y enraizado en la autoridad gobernante.




3.


No hay nada que pueda vencer a la muerte
más que la escritura.




4.


No quiero nada. No espero nada. No le temo a nada. Por lo tanto, soy libre. Durante nuestra vida, son los deseos, las esperanzas, los miedos los que nos esclavizan.












martes, 29 de mayo de 2012

HANAN AL-SHAYKH




Nació en Beirut, estudió en El Cairo, vivió en Arabia Saudita y actualmente vive en Londres. Su vasta producción tiene como temas principales el rol de las mujeres en la sociedad, la relación entre los sexos, el matrimonio. De sus novelas Beirut Blues, una novela epistolar, construida sobre diez cartas escritas durante la guerra civil del Líbano por Asmahan, una mujer musulmana, que habla a personas y lugares. Son cartas que reflejan la desesperación de un pueblo pero también la resistencia de su espíritu y su esperanza . Su obra literaria ha sido traducida en dieciseis idiomas. Sus novelas han publicado gran indignación y han sido prohibidas en muchos países arabes porque denuncian una sociedad cerrada y tradicional, la opresión sexual de las mujeres, los tabúes religiosos y la política.

Obras:
Suicide of a Dead Man, 1970
The Devil's Horse, 1975
The Story of Zahra, 1980
The Persian Carpet in Arabic Short Stories, 1983
Scent of a Gazelle, 1988
Mail from Beirut, 1992
I Sweep the Sun Off Rooftops, 1994

SAHAR KHALIFEH




Sahar Khalifeh nació en 1941 en la ciudad de Nablus (Palestina). Cursó estudios universitarios en Ammán, y estudios de literatura inglesa en la universidad de Birzeit. En 1980 obtuvo una beca Fulbright para estudiar en los Estados Unidos, que la llevó a la Universidad de Chapel-Hill University en Carolina del Norte, donde se doctoró en Estudios sobre la Mujer y Literatura Americana en la Universidad de Iowa en 1988. De regresó a Palestina fundó el Centro de Asuntos de la Mujer en Nablus. Más tarde, en 1991, abrió otro en la ciudad de Gaza, y posteriormente, otro en la capital jordana, de Ammán.
En su larga trayectoria como escritora ha defendido la lucha por la liberación de Palestina paralelamente a la lucha por la liberación de la mujer. Desde hace unos años, está empeñada en llevar su mensaje de paz y convivencia por todo el mundo, porque está convencida que es necesaria una verdadera presión internacional para que la situación de Palestina no se vaya deteriorando cada vez más. Aunque es la autora palestina más traducida, después de Mahmoud Darwish, podría vivir en cualquier país europeo pero prefiere seguir residiendo entre Amman y Nablus.
No fui educada para matar o llevar armas

“Para mi –explicaba en Barcelona- la lucha por la liberación de Palestina y por la liberación de la mujer es una misma cosa”. Sahar, madre de dos hijas, habla y escribe desde su experiencia como mujer, como madre: “Formo parte del movimiento feminista internacional, fui educada para pensar, para querer a mi pueblo. Yo también educo así a mis hijas, que sepan dialogar, que reconozcan el poder de las palabras. No fui educada ni educo para matar o para morir, ni para llevar armas”.

Su última obra: “Imagen, icono y promesa”, describe lo que podría leerse como una reconstrucción de la Sagrada Familia en el siglo XXI. Una obra emocionante y lírica, que incluye el simbolismo religioso y político, en una historia de amor y de pérdida. En el centro de la historia sitúa a un personaje agonizante pero en una incansable búsqueda de un hogar en su propia tierra.

Sahar ha sido denominada por algún medio británico especializado como la “Virginia Wolf de la literatura palestina”, también como una de las voces más representativas de la literatura árabe del siglo XX. En Alemania, el Frankfurter Allgemeine, la juzgó como: “La única novelista árabe que ha escrito todas sus de novelas para mostrar el carácter inseparable de los temas feministas de la conciencia política y social”. Un reconocido crítico árabe explicaba sobre esta premiada obra, cómo, la autora consigue, “a través del personaje y del lugar, invocar una herencia sagrada que sigue a la vez vital y poderosa. El valor literario de Khalifeh ha creado una obra única y un valor añadido al reto creativo árabe contemporáneo”.

Reconocida escritora, comprometida con la causa de los oprimidos, destaca por su estilo sensible, sucinto y lúcido. Sahar Khalifeh empezó a escribir poco después de la invasión israelí de Gaza en 1967: “Estaba horrorizada por la situación, -explica- y veía claro que podía ir a peor. Escribí mucho, pero me publicaron mi primera novela en 1974 porque el manuscrito original había sido confiscado por el gobierno israelí”. En 1975 ganó el reconocimiento internacional gracias a su segunda novela “Cactus”. A partir de entonces, y al haber sido publicada en distintas lenguas, incluido el hebreo, su fama fue más allá de las fronteras palestinas y árabes. Ha sido la única autora que participó en la Primavera Cultural Palestina organizada por Francia en 1997, donde sus libros se agotaron de inmediato.

Sus novelas, de claro contenido feminista y político, constituyen verdaderas obras maestras tanto por el lenguaje como por su contenido. Es la única novelista árabe leída en todos o casi todos los países árabes. Ha sido muy activa en la lucha por Palestina durante las tres últimas décadas, identificando el papel destacado de la mujer y la importancia de su contribución, a menudo denostada o ignorada. “Khalifeh consigue de manera imperturbable exponer las discrepancias molestas y frustrantes entre significante y significado, imagen y realidad, discurso y práctica”, afirma Samia Mehrez, profesora asociada de estudios árabes y miembro del comité del Premio Naguib Mahfuz, “todo lo cual, subyace en la misma esencia, no sólo del futuro palestino, sino en general del futuro árabe.”


SALWA SALEM

 " The wind in my hair", es el relato de la autora en el cual se entrelazan dolorosamente los sucesos históricos y religiosos que han marcado la historia de su tierra natal. Un relato impregnado por el desgarro entre la tradición y el deseo de libertad, entre las ganas de paz y el estimulo a la lucha. Un libro sincero y directo.

TEKIN LATIFE



Nació en 1957 en un pueblito de la zona central de la Anatolia turca. Incomprendida por la familia por su deseo de frecuentar la escuela y continuar los estudios, Tekin se vuelve pronto activa en la actividad política a favor de las mujeres obreras. En Italia fueron publicados "Dear shameless death" y "Berji Kristin: Tales from the garbage hills".



AZAR NAFISI



Iraní, ahora residente en los Estados Unidos, aunque ha escrito un vasto numero de obras, es famosa en Italia y mas allá sobre todo por su "Leer Lolita en Teherán", un relato autobiográfico extraído de la experiencia de la propia Azar, que luego de haberse licenciado de la universidad de Teherán a causa de la repetida censura y obstruccionismo por parte de las autoridades decide invitar a alguna de sus alumnas a encuentros en su casa para discutir de literatura. Y es así que entre un té y una masita (cuyo perfume nos parece sentir) estas mujeres, liberadas del burqa, comparten sus historias y los eventos de sus vidas, en un Irán atormentado por oprimentes reglas sociales y religiosas. El sitio web de Azar: http://www.azarnafisi.com/



Azar Nafisi nació en Teherán. Con trece años, abandonó su país para seguir estudiando en Europa y, sucesivamente, en los Estados Unidos.

En la universidad se incorpora a la Unión de los Estudiantes Iraníes, enfrentados al régimen del Cha, estudia Marx y los principales teóricos de izquierdas, asimismo dedicándose apasionadamente a la lectura de autores como Eliot, Auster, Plath, Nabokov y Fitzgerald.En 1979, año de la revolución de Komeini, regresa a Irán.Trabaja como asistenta en el Departamento de Inglés de la Universidad de Teherán, pero en 1981 es expulsada por rechazar el velo islámico que había llegado a ser obligatorio.

Vuelve a la enseñanza en 1987 como profesora asociada en la Free Islamic University, y sucesivamente en la Allameh-Tabatabaii de Teherán, distinguiéndose por sus ideas liberales, que siempre ha manifestado a pesar del clima de fuerte represión política.En 1994, un año antes de su retirada de la vida académica en Irán, publica un libro dedicado al escritor Vladimir Nabokov: Anti Terra. A critical Study of Vladimir Nabokov’s Novels.

En las universidades iraníes habían vuelto a separar a los hombres de las mujeres. Por sus pasillos patrullaba la guardia femenina, que hurgaba en los bolsos de las alumnas para requisar el colorete o un suave pintalabios, objetos pecaminosos para los integristas islámicos.


Quince años después de que Jomeini tomara el poder, en 1995, Teherán vivía un asedio fundamentalista que oscurecía periodos pasados de relativa apertura.

En esa época, una profesora de Literatura Inglesa, Azar Nafisi, harta de las restricciones de su universidad, se reunía cada jueves por la mañana en su casa con un grupo de siete de sus ex alumnas universitarias y empezó a leer los textos de su asignatura y comentar obras de la literatura occidental prohibidas por el régimen iraní con total libertad.Algunas de ellas venían de familias religiosas y conservadoras, otras eran laicas y progresistas y varias habían estado en prisión.


Experta en la obra de Vladimir Nabokov, eligió Lolita como libro para comentar.
La novela aborda el deseo de un cuarentón, Humbert Humbert, por una niña de 12 años, a la que lleva por las carreteras de Estados Unidos.La elección de Nafisi era arriesgada, ya que la junta de profesores de su universidad había eliminado la palabra «vino» de una obra de Ernest Hemingway y censuraba la obra de Emily Brontë porque en ella no se condena el adulterio, según relata la profesora en Leer ‘Lolita’ en Teherán.


La interpretación que ofrecieron las siete alumnas sobre el libro de Nabokov se basaba en su propia experiencia como mujeres en Irán.Si gran parte de los críticos, según Nafisi, catalogaban a la niña protagonista como una criatura mimada, caprichosa y perversa, las asistentes al curso privado de la profesora la veían como un ser indefenso, tierno, esclavo de un hombre que, en definitiva, la secuestra.El protagonista, Humbert, llama a la niña «querida y abyecta putilla», habla de sus «obscenas y jóvenes piernas», se queja de que desprecie sus urgencias sexuales.

Una de las alumnas, Nassrin, relacionó la historia con lo que le había pasado con un tío suyo, que alardeaba de ser «devoto y pío». Este familiar había abusado sexualmente de ella cuando tenía 11 años, aun cuando pretendía mantenerse casto y puro para su futuro matrimonio y se negaba a tener amistad con mujeres.

El tío de Nassrin cuidaba de ella tres veces por semana. Le ayudaba con el árabe y a veces con las matemáticas. También la manoseaba todo el cuerpo mientras repetía los tiempos verbales.A Lolita y a Nassrin les habían robado su infancia. La niña de la novela de Nabokov era una especie de criatura imaginada por su raptor. A la víctima no le había quedado más remedio que someterse a esa imagen elaborada por la fantasía de un hombre que decía quererla cuando en realidad estaba abusando de ella. De igual manera, dijo otra de las alumnas, Manna, los iraníes tuvieron que convertirse en un producto de la imaginación de Jomeini, y así en sus esclavos.

Las estudiantes de la profesora Nafisi sentían remordimientos sobre sus lecturas. Si la historia era tan trágica y abominable, ¿cómo les podía causar placer leerla?, se preguntaba Mitra.El clima de represión, orquestado por el Gobierno y aplaudido por los numerosos hombres que lo justificaban, les pasaba factura. Llegar tarde a clase, reírse en los pasillos y hablar con hombres estaba castigado.

El clásico del mundo árabe Las mil y una noches alcanzaba precios altísimos en el mercado negro, único espacio donde podía comprarse. Leer Lolita era, más que una afrenta, una blasfemia.

No obstante, cuando las alumnas de Nafisi acudían a su piso, se desprendían de los velos y los vestidos largos y se quedaban en camiseta o en ropa de color, un secreto cromático que les permitía respirar un aire de libertad mientras leían la novela de Nabokov, el gran amante del colorido de las mariposas.Los colores estaban vedados en Irán. El director de la censura cinematográfica en Irán tenía la vista maltrecha. Un ayudante se sentaba junto a él en las proyecciones de las películas y le contaba lo que sucedía en la pantalla. El censor indicaba lo que había que modificar mientras le escuchaba.

Las clases de Nafisi terminaron después de dos años. Hija de un rico diplomático encarcelado por el régimen chií, había estudiado en Suiza el bachillerato y en Oxford con una beca.

En 1987, entró como profesora en la Universidad de Allameh Tabatabai, la más liberal de Irán. En uno de los periodos más intransigentes de los ulemas, el centro fue vigilado en corto por los defensores de la revolución.

Entre los autores que debía abordar en sus clases se encontraban Henry James, Jane Austen y Scott Fitzgerald, escritores que escribieron con una libertad que no existe en Irán.

El resultado de aquella experiencia lo recoge la autora, que es actualmente profesora en la Universidad John Hopkins, en Estados Unidos, en esta obra, titulada gráficamente "Leer 'Lolita' en Teherán".



COSAS QUE HE CALLADO




AZAR NAFISI


LA HISTORIA RECIENTE DE IRÁN CONTADA POR LA AUTORA DE LEER LOLITA EN TEHERÁN

«Enamorarme en Teherán. Ver los hermanos Marx en Teherán. Leer Lolita en Teherán...» Así empezaba la lista de cosas secretas que Azar Nafisi escribió en su diario. Una lista que siguió con leyes represoras y ejecuciones, abominaciones públicas y políticas, traiciones privadas que implicaban a personas próximas. Con la distancia de los años, Azar Nafisi ha decidido rememorarlas y contar qué significa nacer y crecer en Teherán. Bajo la sombra de un padre idealizado, alcalde de la ciudad durante la época del shah, y expuesta a los vaivenes de una madre complicada y frustrada por no ver cumplidos sus sueños profesionales y románticos. Azar Nafisi creció en un entorno rico en hipocresías.

Con Cosas que he callado, Nafisi compone un catártico retrato de una familia excepcional y, a la vez, universal. Empezando por su infancia difícil, su primer matrimonio fallido, sus encontronazos con la injusticia y el despertar de su activismo político en la República Islámica de Irán, analiza los acontecimientos y las personalidades que la llevaron a ser una mujer valiente, comprometida e insubordinada. Desde su domicilio estadounidense, reflexiona sobre el poder de los silencios y chantajes sobre los que se sustentan todas las dictaduras y algunas familias, como el más cerrado de los sistemas totalitarios. Quienes conozcan ya a Azar Nafisi, encontrarán aquí la emoción de leer algo auténtico y valiente, palabras que llegan desde las calles y jardines de Teherán.

«HE SIDO CAUTIVADA POR LA MANERA EN QUE NAFISI NOS CUENTA CÓMO HA DESAFIADO LA GUERRA DEL ISLAMISMO RADICAL CONTRA LAS MUJERES. SUS MEMORIAS CONTIENEN IMPORTANTES Y COMPLEJAS SOBRE LOS ESTRAGOS DE LA TEOCRACIA. »







"Leer Lolita en Teherán es, como Persépolis, una historia autobiográfica escrita por una mujer, en este caso Azar Nafisi, una profesora de literatura inglesa de la Universidad de Teherán que actualmente reside en Estados Unidos. Ilusionada inicialmente por la Revolución, que anunciaba tiempos de libertad y apertura, Nafisi pronto se vio decepcionada por el giro islamista y autoritario del régimen, bajo el ayatollah Jomeini, y en 1981 tuvo que abandonar sus clases en la Universidad por negarse a llevar velo. Es entonces cuando decide montar un "club de lectura" con siete de sus mejores alumnas, con las que comentará las obras de Scott Fitzgerald, Henry James, Nabokov o Jane Austen que sirven de contrapunto e hilo conductor de la narración.

Lo más interesante de Leer Lolita no es, por lo menos para mi gusto personal, la anécdota individual de la autora, sino la ambientación histórica, la presentación de los conflictos de las mujeres y los jóvenes protagonistas en la República Islámica. A ratos, el libro resulta algo lento, y al comienzo recuerdo que me costó engancharme, pero la descripción de la revolución, la guerra y la instauración de la República Islámica me parecieron apasionantes.

Naturalmente, tratando de un tema tan candente, la obra de Nafisi no ha escapado a la polémica. De hecho, ha sido acusada de ser una obra colonialista (aunque de origen iraní, como Pastrani, Nafisi estudió en el extranjero, concretamente en Reino Unido y Estados Unidos, antes de volver a Irán) y neoconservadora. Incluso, un furibundo crítico de la Universidad de Columbia la acusó de ser un instrumento de propaganda de la administración Bush en preparación para su invasión de Irán. Estas críticas, que en mi opinión son exageradas e injustas, sí encierran en cambio una verdad: el que la novela estuviera durante más de 100 semanas (casi dos años) en la lista de los más vendidos del New York Times se debe sin duda, al menos en parte, al hecho de que la novela -escrita originalmente en inglés, por cierto- ofrece una visión que encaja perfectamente con la concepción occidental del régimen de Ahmadineyad en concreto, y del islamismo radical en su conjunto. "

- fragmento del blog Un libro al día: Cada día, una nueva reseña.
http://unlibroaldia.blogspot


 

MARSHA MEHRAN



Marchó siendo muy pequeña con su familia a Argentina, huyendo de la revolución islámica en su país. Posteriormente marchó a Estados Unidos y después a Australia. En la actualidad vive  entre Estados Unidos e Irlanda.




De un libro de Marsha Mehran nos ha hablado Cristinaexpat en su recension de Café Babilonia, una dulcísima novela en la que a los sabores y perfumes de las recetas que la protagonista y sus hermanas cocinan en el local que abren en Irlanda, donde llegan luego de haber dejado Irán en los tiempos de la revolución khomeinista, se mezclan los recuerdos, las melancolías y las contradicciones típicas de quien esta constreñido a abandonar la propia tierra y a recrearse una historia en un ambiente extraño y en algunos casos hostil. Narrado con levedad y con una pizca de humorismo _ El sitio web de Marsha: http://www.marshamehran.com/


 
 
 
ENTREVISTA

Interview with author Marsha Mehran


By Kat Tancock
Get to know the author of Pomegranate Soup, our Canadian Living Book Club pick for August.
 

Canadian Living: What was your inspiration for this novel?

Marsha Mehran: I drew inspiration from a few elements, actually. Although Pomegranate Soup is a work of fiction, magical realist at that, the story of three Iranian women who escape the Islamic Revolution and open a café -- well, that was definitely taken from my own life. Having fled the uprising, my parents settled in Buenos Aires, where they opened a café -- and where I first got the cooking bug.

Years later, I met and married an Irishman, who introduced me to his hometown of County Mayo, Ireland. During one of my stays there I met a Lebanese family who were struggling to assimilate in the then fairly homogenous culture of the West (of Ireland).


The loneliness of their experience, coupled with my family's own travels, resulted in Pomegranate Soup.

CL: Can you describe your writing process?

MM: A lot goes on in my head before I get to the computer. A lot of daydreaming and sifting through ideas, sparked by whatever has inspired me in the first place. When I do sit down to write, I do it in installments: three hours in the morning, three hours in the evening. I try and calm the doubts as I jot everything I can down, and that struggle to overcome fear is half of what writing is all about. Taking the leap, word after word.

CL: What is your favourite part of the book and why?

MM: I love the passages with Layla and Malachy, the first blushes of young love. But my favourite part is definitely where Tom Junior is transformed by The Cat's hospitality, changing into a truly conscious being.

CL: Are there any characters particularly close to your heart?

MM: They are all dear to me! So hard to choose... The Aminpour sisters, of course. Sweet. Mrs. Delmonico, Father Mahoney...ah. I better stop while I'm ahead.

CL: How would the story have been different had it taken place in a small town in any other Western country at the same time? Was it important to the story that it be set in Ireland?

MM: There is something absolutely mystical about the Irish countryside, and I knew that if there was one place on earth where my Aminpour sisters could find hope and a fresh start, it would be amongst the heather and clover fields of Eire. The landscape is integral to the renewal theme that runs throughout the book.

There is a particular permissiveness to the Irish culture as well, one that is not entirely apparent to the casual observer. Irish people have a tendency to initially back away from new people and encounters, but once they let their guard down, they will defend you to the end. Perfect challenge to the Babylon Cafe!
 
 
 
 
 
ENTREVISTA

 

g Literary Fiction Site

BellaOnline's Literary Fiction  Editor

 

Marsha Mehran - Author Interview


Guest Author - M. E. Wood

Marsha, Marsha, Marsha. No, not that Marsha. Marsha Mehran was born in Tehran (an Iran province), grew up in Argentina and currently divides her time between New York and Ireland with her husband Christopher (a.k.a. Annoying Irish Husband). After pursuing such gigs as a model, personal assistant and waitress she has settled into her role as author having written professionally for the last five years. Her first release, Pomegranate Soup, is an amusing tale about "three sisters, an old box of recipes and a new exotic café in a small Irish town". I'm sure you'll enjoy getting to know this new author.

Moe: Looking back was there something in particular that helped you to decide to become a writer? Did you choose it or did the profession choose you?

Marsha Mehran: I did have an epiphany of sorts, a definitive indication that I should be a writer. It happened one winter’s night in 2000, on the wobbly Millennium Bridge in Dublin, Ireland.

My husband, Christopher, and I had moved to Dublin in late 1999. I was working as a receptionist in an office that helped filmmakers with funding, and Christopher was running one of the busiest pubs in the city center. So I found myself alone and lonely during most nights after work, reading voraciously and wiling the hours away on the computer. One night I began to write a letter – a seemingly innocuous email to my younger brother, who was living in Australia at that time. Before I knew it, the email had grown into a short story, a complete history of our family, and then it turned into a novella.

I would rush home over the Millennium Bridge (one of the many bridges spanning the River Liffey) every night and sequester myself in our little bedroom to finish this story. I no longer felt lonely in the new city; I had a friend in the computer.

My realization, the moment I knew I was a writer, came to me one of these nights. The thought popped into my head as though it were a voice. I stopped dead in my tracks and stared out into the lights on the river, stunned by what I had heard. Then, I opened my mouth and said, “I’m going to be a writer!” Out loud! I hurried home and began to write in earnest. From that day on, I was determined to make writing my career.

So, in answering the second part of your question, I guess it was a little bit of both: writing chose me, and I decided to follow.

Moe: Were you a good writer as a child? Teenager? Etc.

Marsha Mehran: Looking back, I think I was a good writer as a child. I won an essay competition when I was seven, the grand prize being the opportunity to read the piece on the school PA system! Glamorous, indeed! I hated writing essays, though, mostly because I was inclined to slip into fiction whenever I tried… funny how it never occurred to me back then I should pursue it as a career.

Moe: What inspires you?

Marsha Mehran: Beauty, in all its shapes and forms. Looking back at my crazy life, and all the fabulously quirky individuals I have met so far.

Moe: Every writer has a method that works for them. Most of them vary like the wind while some seem to follow a pattern similar to other writers. On a typical writing day, how would you spend your time?

Marsha Mehran: Writing my first book, Pomegranate Soup, was a feverish, crazy affair. I wrote mainly at night, starting at five in the afternoon and finishing at seven in the morning, eating, eating, eating, all they way through. It was like a pregnancy of sorts, that luckily only lasted six weeks (first draft, that is). Any longer and you’d have to roll me out of the house!

But, in writing my second novel, I find myself craving daylight. I wake up and do all the breakfasty things, walk the dog, etc, then sit down with a coffee at around ten a.m. I stare into space, chew the ends of my hair, have a zillion bathroom breaks, then find my groove at around two… then I write. I am currently outlining the book, which is quite fun.

Moe: How long does it take for you to complete a book you would allow someone to read? Do you write right through or do you revise as you go along?

Marsha Mehran: With this second book, I am outlining extensively. It is longer, more suspenseful, and requires different consideration than it predecessor. After the first draft is finished, I will read it to my husband, Christopher. Then my agent gets a peek.

Moe: When you have your idea and sit down to write is any thought given to the genre and type of readers you'll have?

Marsha Mehran: Not type of reader, but the Reader in general. My primary concern is how to keep the Reader interested in the story to the very end. Each sentence and image must move toward this goal. Seduction is necessary in a storyteller. I’m often reminded of Scheherazade, the Persian princess who saved her life by spinning the most seductive of tales…

Moe: What kind of research do you do before and during a new book? Do you visit the places you write about?

Marsha Mehran: I approach research on a need-to-know basis. I will return to the library and Internet as I write my outline and first draft, whenever I feel I need to enhance my imagination with factual information. With my first novel, Pomegranate Soup, I did a lot of research on the Islamic Revolution and Iran before and after the upheaval. Although I was born in Tehran right before the revolution, I was too young to experience much of the violence and confusion. For this I returned to books on that period, as well as the stories of my parents and extended family’s experiences.

Moe: How much of yourself and the people you know manifest into your characters? Where do your characters come from? Where do you draw the line?

Marsha Mehran: I am not conscious of drawing on real individuals for my characters—they just announce themselves as I work through the first draft. I don’t really draw the line between reality and imagination when I follow these characters on their merry way. One thing is important above all else: when it comes to writing through your characters you must love them all. Even the nasty ones. Especially the nasty ones.

Moe: Writers often go on about writer's block. Do you ever suffer from it and what measures do you take to get past it?

Marsha Mehran: I have experienced writer’s block on several occasions. Mostly, it arose from instability in my outer life, or stress of some kind. I have learnt how to be at peace with these moments- how to sit in front of a computer for an entire day without writing a single word—knowing that it will eventually come. The worst thing for writing is to panic. Fear sets in motion too many thoughts.

Moe: When someone reads one of your books for the first time, what do you hope they gain, feel or experience?

Marsha Mehran: Joy. Hope. A connection to one or more characters/situations.

Moe: Can you share three things you've learned about the business of writing since your first publication?

Marsha Mehran: No one will be a bigger fan of your book than you. Don’t expect the publisher to do all your publicity work for you—you have to get out there and let the world know about your particular, and wonderful, story.

Get yourself a good agent. Someone who you can trust.

Publishing is not about hitting the NY Times bestseller list and making gazillions on your advances. It’s about the story. It’s about your connection to the Reader. Pursue that and you can never go wrong.

Moe: How do you handle fan mail? What kinds of things do fans write to you about?

Marsha Mehran: I try to answer all my fan mail personally. Not only has someone taken the time to read the book and appreciated it, even loved it, but they have also sat down to write to me. The least I could do is write them back.

Most fans write about how Pomegranate Soup filled them with happiness. That after having read the book they were left starving for the food described in it. One reader in particular stands out in my mind—she wrote to tell me that after reading the novel she was so inspired that she invited her sons, one whom she had not talked to for quite some time, over for dinner. She was hopeful that they could reconcile over a bowl of soup!

Moe: What's your latest book about? Where did you get the idea and how did you let the idea evolve?

Marsha Mehran: I am currently working on my second novel. It is a story of Iranian mothers and their Iranian-American daughters. A very female-oriented book, filled with feminine power and magic. I am very excited about this story.

Moe: What kind of books do you like to read?

Marsha Mehran: I love the old Russian dudes (Dostoyevsky, Tolstoy, Pushkin) as well as Beckett and Genet for their madness. I ADORE Patrick Dennis’s novels, in all their campy, bewitching glory. I want to go for an unforgettable ride when I read. A world that I would not want to leave.

Moe: When you're not writing what do you do for fun?

Marsha Mehran: Eat copious amounts of ice cream and watch romantic comedies.

Moe: New writers are always trying to glean advice from those with more experience. What suggestions do you have for new writers?

Marsha Mehran: Have patience with yourself. Listen to the rumblings in your belly. That is your voice. Follow it.

Moe: If you weren't a writer what would you be?

Marsha Mehran: Working on films. Directing and producing.

Moe: What is your favourite word?

Marsha Mehran: Labyrinth
 
 
 
 
Las hermanas Aminpour dejan Irán para establecerse en una pequeña localidad irlandesa y revivir una antigua panadería abriendo un negocio de café persa. Apreciable debut de la escritora de origen iraní Marsha Mehran aunque la ligación con contacto exótico, encuentro sociocultural en un ambiente tan singular como el de la procedencia de las protagonistas y trama social-culinaria de cierto regusto “realista mágico” con el elemento de la comida como base esencial no resulte nada original, ya que otras obras previas han abordado tales vínculos en una u otra medida, como el “Como agua para chocolate” de Laura Esquivel, “Chocolat” de Joanne Harris y “La señora de las especias” de Chitra Banerjee Divakaruni.
 
 
 
 
 
A pesar de su derivación, la grandilocuencia del lenguaje en algunos tramos y la escasa incisión en casi todos sus elementos descriptivos y de personajes, la lectura resulta muy amena y el catálogo de personajes, aunque esquemáticos, bastante interesante en la búsqueda de multiplicidad emocional en la interacción de los lugareños con las nuevas vecinas. Además la novela culinaria aporta someros apuntes sobre la situación de la mujer en Irán y unas recetas iraníes que resultan una delicia para los sentidos, envolviéndonos en imágenes coloristas, vaporosas, y tentadores aromas con sabor a azafrán o cardamomo.
 
 

KAMILA SHAMSIE





Nació en Pakistán, en Karachi, en 1973. En 1999 recibió el Literary Award pakistaní. Vive en Londres. Sus libros fueron traducidos y publicados en Italia: Salt and saffron y Kartografia. Su tercera novela In the City, by the Sea todavía no ha sido publicada en italiano. Shamsie es una nueva voz en el panorama literario del subcontinente indio. Las suyas son historias urbanas en las cuales un mundo más glamoroso y expuesto, aquel de la gran metrópoli Karachi, se ve obligado a encontrarse y enfrentarse con la tradición y con el pasado. Sus historias cuentan un mundo mágico e inmóvil que aterra y nos vuelve melancólicos, siempre a través de una mirada atenta a las emociones y a los sentimientos.





Kamila Shamsie estudió escritura creativa en la Universidad de Massachusetts, donde comenzó a escribir su primera novela.
Shamsie logró un gran éxito con Kartografía, su tercer libro, con el que ganó el Premio Patras Bukhari. Con Sombras quemadas llegó a ser finalista del prestigioso Premio Orange.






SOMBRAS QUEMADAS







Quinta novela de la escritora pakistaní Kamila Shamsie, Sombras quemadas ha marcado un punto de inflexión en el conjunto de su obra. Tanto críticos como escritores han elogiado su prosa viva y su formidable visión de los acontecimientos históricos. A lo largo de seis décadas —desde Japón en los últimos días de la Segunda Guerra Mundial y la India al borde de la partición, hasta Pakistán en la década de los ochenta, Nueva York tras el 11-S y Afganistán durante los bombardeos subsiguientes al atentado—, las historias comunes a dos familias convergen hacia un destino común.

Y en el centro del relato, un personaje exquisitamente delineado: Hiroko Tanaka, una joven maestra empleada en una fábrica de munición en Nagasaki que aguarda con impaciencia el final de la contienda para casarse con el joven alemán Konrad Weiss. Una mañana de agosto de 1945, en apenas unos segundos, una cegadora explosión de luz y fuego destruye todo lo que ha conocido y amado. Como único recuerdo de su pasado, conservará el contorno de los pájaros de su kimono de seda que la radiación ha marcado en su espalda para siempre. Hiroko huirá muy lejos, y cuando el amor vuelva a surgir en su vida, deberá hacer frente a múltiples y dolorosos desafíos.





Por José Cruz Cabrerizo, lunes, 02 de mayo de 2011

Hiroko Tanaka no es más que una maestra de 21 años que viene obligada a trabajar en una fábrica de armamento de Nagasaki. Estamos en agosto de 1945, es la prometida de Konrad Weiss, un joven acaudalado alemán con el que piensa casarse al finalizar la guerra, y al que ahora nadie quiere cruzarse ni siquiera por la calle porque a partir de la rendición de su país se ha convertido en un traidor. La segunda “bomba nueva” es lanzada sobre la confiada Nagasaki. A partir de ese momento, Hiroko es una “hibakusha” que ha perdido a su prometido, a su padre, a su mundo. Por efecto de la radiación, los tres pájaros que luce el kimono que lleva puesto le quedan grabados como callosidades en la espalda, sello indeleble de la tragedia, las sombras quemadas.

Sombras quemadas es uno de esos libros que permanecerán por mucho tiempo en la memoria del lector, una novela llamada a hacer historia en su enciclopedia personal. También se podría decir de ella que es una novela histórica. No porque tenga pretensiones de serlo, sino porque las tres claves de la historia personal de Hiroko repartidas en las tres partes de esta novela vienen de la mano de tres hechos históricos cada uno de los cuales supone una ruptura en su vida: bomba en Nagasaki, partición de la India y Pakistán, y el 11-S. Hablo de ruptura, y no solo emocional, sino además física: aparte de la dosis radiactiva que marca sus fallidas maternidades iniciales, cada uno de esos acontecimientos es un empujón en la diáspora que la lleva desde Nagasaki a Delhi, luego a Turquía con su marido musulmán indio para salvar el cuello, después a Pakistán, y finalmente a Nueva York.

Quizá esa apariencia “glamourosa” de mundanidad le induzca a pensar que tratándose de una simple maestra sin posibles, condenada a un mundo estrecho, Shamsie ha tenido que meter demasiada ficción, exceso de cartón piedra, o recurrir a lo grotesco-rocambolesco... Qué le vamos a hacer si somos así: queremos ficción pero que parezca realidad. Pues por ese particular no tema, porque la novela no se descose por ningún sitio. Cada cosa que pasa sucede por algo, y tiene su efecto perfectamente calculado y ajustado dentro de lo razonable. La autora ha colocado a Hiroko bajo el “protectorado” del matrimonio Burton (ella, Elisabeth es la hermanastra del fallecido Konrad). El resto de su vida ese protectorado del que hablamos facilita la vida económica de Hiroko, tanto en su soltería como después, cuando se casa con Sajjad, aspirante a abogado que actúa como pasante (o chico de los recados, según se mire) al servicio del esposo Burton. Por ejemplo un collar que Elisabeth regala a Hiroko les sirve para comprar su casa en un barrio de empleados medios en Karachi.

Uno se encuentra, no leyendo una novela, sino viviendo una novela en tres partes, o viviendo tres novelas diferentes cuyos detonantes ya he citado
Ningún cabo suelto. De la consistencia marmórea de cada situación, a la nitidez casi humana de sus personajes. Para ello recurre a recuperar cíclicamente (más o menos, en función del servicio que presta a la historia) a cada personaje al que va construyendo por fases. En una de esas “recuperaciones” el personaje puede recibir una sola pincelada, pero eso hace que no nos olvidemos, que en todo momento los tengamos tan presentes a todos como a un familiar o a un vecino al que hemos visto esta mañana, o sea, que la narración avanza, pero sin que perdamos la perspectiva de lo que ha pasado unas pocas páginas antes, ni de la globalidad, porque toda obra literaria se compone de personas a las que les pasan cosas.

Igual mi explicación es poco efectiva en términos de rendimiento. Pero si no se ha enterado de nada de lo que he dicho antes mire esto: uno se encuentra, no leyendo una novela, sino viviendo una novela en tres partes, o viviendo tres novelas diferentes cuyos detonantes ya he citado.

La primera parte/novela “El mundo aún inconsciente: Nagasaki, 9 de agosto de 1945” es la de la Hiroko del dolor profundísimo y sereno, pero llena de entereza. Comparte con la segunda parte/novela (“Pájaros ocultos: Delhi, 1947”) la prosa en la que a veces se descubre alguna metáfora, cierta consistencia poética. Esta segunda es ya la del abandono de la vida anterior (más bien de sus cenizas) y la reconstrucción lenta y progresiva de una Hiroko que jamás ha dado muestras de debilidad, de autocompasión, sino de querer tirar adelante con una sencillez aterciopelada, pero que sin embargo se ancla en casa de los Burton como un pariente incómodo al principio. Es esta la parte más “oriental” de la novela porque los mínimos detalles están cuidados, lo que incluye a las microscópicas miserias y mezquindades. Pero también los pequeños gestos construyen el fresco de esta convivencia. Asistimos a altibajos cuidadosamente calculados, tensiones límite, a un clímax inimaginable, y a la descomposición de un hogar (el de los Burton, con quienes convive Hiroko en una indefinición temporal en cuanto a su permanencia) reflejo del desmantelamiento del imperio británico. Cuando va a llegar lo de la segregación de Pakistán y el baño de sangre, Hiroko es una mujer casada con el segundo amor de su vida y único compañero fiel hasta la muerte, el citado Sajjad.

La parte final “La rapidez necesaria para compensar la pérdida: Nueva York, Afganistán, 2001-2002”, es la novela de acción, el thriller político, el bloque más doloroso y amargo porque vemos que, como para el resto del mundo, para Hiroko tampoco hay tregua. Los norteamericanos destruyeron su mundo “para salvar muchas vidas de americanos”, pero ella termina viviendo en Nueva York, y su hijo (aunque la madre lo sospechaba pero no lo sabía) ha servido a los sucios intereses de esta nación cuyo sistema lo va a triturar entre sus engranajes. El hombre sigue siendo un lobo para el hombre, y el círculo se cierra.



La novela no cae en el maniqueísmo de norteamericanos malos, los otros buenos. Lo que pasa es que tiene una habilidad quirúrgica para incomodar, para abrir las carnes del lector y demostrar que todos tenemos lo mismo en el mismo sitio
 
Ciertamente la tercera es la parte más contundente. Mire este ejemplo: una ciudadana norteamericana con la sensibilidad a flor de piel porque estamos ya en la era post Twin Towers, perfectamente educada por su gobierno para cumplir con su deber y que dios siga bendiciendo a Norte/América pero que está a años luz de ser una fundamentalista WASP (White AngloSaxon Protestant), se incomoda porque una furgoneta de afganos, supuestamente, atropelle un montón de ositos de peluche caídos de un camión accidentado en una autopista de Nueva York. A esa misma mujer le parece que liberar Afganistán de los rusos debió ser una tarea dura para los afganos (a buen entendedor… la atmósfera induce a pensar que siente una agradecida admiración). Pero ya si le mientan que su país tiene la culpa de haber nutrido la bestia talibán, y de alimentar cualquier guerra en el mundo fuera de su territorio, eso no le hace tanta gracia (p. 357 y anteriores). Usted tiene que saber de qué le estoy hablando: no de lo de “un hombre que muere es una desgracia, cuando cien hombres mueren es una estadística”, sino del sentimiento congénito a cualquier ser humano independientemente del lugar del mundo en donde haya nacido, de que “mis muertos valen más que los tuyos porque son de aquí”.

En el vasto panorama de la Segunda Guerra Mundial, ¿qué eran setenta y cinco mil japoneses muertos? Algo que podía aceptarse sin llevarse las manos a la cabeza. En el panorama general de las actuales amenazas a este país, ¿qué es un afgano? Un ser prescindible. Quizá sea culpable, quizá no. ¿Para qué arriesgarse?

Pero no hay de qué preocuparse, porque la novela no cae en el maniqueísmo de norteamericanos malos, los otros buenos. Lo que pasa es que tiene una habilidad quirúrgica para incomodar, para abrir las carnes del lector y demostrar que todos tenemos lo mismo en el mismo sitio. Un talibán es un asesino real o potencial. El norteamericano medio es un asesino mental que justifica lo que su gobierno hace, y que vive en un disneyland intelectual (da igual del signo que sea el gobierno, yes, we can), y ninguno de los dos, yo que escribo y usted que lee, somos mejores que los dos anteriores. Cualquier ser humano es tan inhumano como le permite el calibre del arma que tiene, y los norteamericanos la tienen más grande. Simplemente es por eso por lo que salen peor tratados.

Una leyenda que transita por la novela es la de que cuando Mahoma huye de sus perseguidores (no lo dice pero se supone que es el 622 d.c., año de la Hégira), se refugia en una cueva. Una araña teje una tela tan densa en la entrada que los perseguidores piensan que nadie ha pasado por allí en años, y Mahoma se libra. Tengo la impresión de que Hiroko Tanaka, maestra del perdón, es como esa araña.